El Correo Digital, 13- Marzo-2009


Josep María Flotats presenta hoy y mañana en el Principal su último éxito teatral

Si los Reyes Magos vienen de Oriente, los dos grandes pensadores del siglo XVII llegan a Vitoria desde el sur. Y es que 'El encuentro de Descartes con Pascal joven' se presenta hoy y mañana en el Principal, después de ser un gran éxito en el Teatro Español de Madrid, donde incluso se han llegado a prorrogar las funciones previstas en un principio.

La obra, interpretada por el también director Josep María Flotats y el joven Albert Triola, parte de un hecho real, ya que ambos personajes coincidieron en septiembre de 1647 en París, en el convento de los Mínimos. Mientras Descartes era un reconocido pensador, Pascal aún no había escrito sus obras filosóficas. «No es el que terminará siendo. Estaba en una tremenda crisis mística. Piensa que todos sus conocimientos intelectuales y científicos no le llevarán a ninguna parte. Cree prioritario pensar en el más allá y en la salvación del alma», recordó Flotats, que ha vuelto a trabajar con un texto del mismo autor de 'La cena', Jean Claude Brisville.
Pero en aquella pieza el escritor se basó en «en la dialéctica política, en hechos históricos que se pueden contrastar, un intercambio de cromos entre políticos». En 'El encuentro', sin embargo, se trata de «profundizar en conceptos de vida que se oponen», lo que se ha construido a través de un diálogo «inspirado en la correspondencia de los dos, no entre ellos», distingue el director.

Políticamente incorrectos
Debilidades, interrogantes, ilusiones y miedos construyen «unos personajes de carne y hueso a los que se les ve vivir apasionadamente», con un público que puede aproximarse en distintos momentos más a uno de ellos, dentro de un espacio escénico donde sólo unos escasos muebles de estilo Luis XIII acompañan a los dos personajes. Pero son «dos de las mentes más brillantes» que a la vez se encontraban «fuera de la legalidad oficial, lo que hoy diríamos políticamente incorrectos».

En este marco, «es posible asistir a una conversación entre dos mentes privilegiadas, pero que se entiende. No hacen falta unos estudios especiales», subraya Flotats y añade que «es una obra que da felicidad a los espectadores, sea cual sea su nivel de preparación o conocimiento».
Otra cuestión ha sido la necesaria maestría de Mauro Armiño a la hora de traspasar al castellano un lenguaje «que no es una imitación de un francés antiguo y artificial». La versión ha mantenido un elevado nivel literario, «pero fluido», precisa Flotats.

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