Disfrutando de la vida sin prisas
El caso es que ya vuelve a ser viernes, y me imagino a la mayoría de ustedes contando las horas para empezar el fin de semana. Así las cosas, francamente, no me atrevo a hacerles ninguna teórica sobre coronas, velos o aeropuertos, y he decidido que lo mejor que puedo hacer es compartir dos descubrimientos personales de esta semana.
Uno de ellos es el reciente disco de Maria del Mar Bonet, Terra secreta. Hacía tiempo que un disco no me emocionaba tanto. La voz de la Bonet, que el tiempo ha vuelto aterciopelada, la calidad de sus composiciones, los arreglos y las interpretaciones, tumban de espaldas. Contiene músicas de todos los estilos y todo el mundo encontrará en él su canción favorita. La mía es Epitalami, con letra de mosén Antoni M. Alcover y música de Joan Bibiloni, que podría ser perfectamente la mejor canción del año.
Y el otro descubrimiento es Stalin, que interpreta Josep Maria Flotats en el teatro Tívoli. A los críticos les ha parecido aburrida. Al salir, pensaba que menudo lujo se permite la crítica. La obra es densa y a veces parece detenerse a la espera de que Flotats termine el monólogo, pero la interpretación es majestuosa. Actores buenos tenemos muchos aquí, pero como este no hay muchos, por decirlo suavemente.
Llega el fin de semana. Busquen su propio momento Bonet o Flotats, busquen pellizcos para el estómago, de los que llenan un día entero y hacen que la vida no pase indiferente.
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